Entre los tres suman más de 210 años, y trabajaron con toda la ilusión durante el fin de semana. No puedo decir que fuera un curso relajado, evitar los “chicotes” como ellos dicen y los “encerellados” de línea sobre la caña nos costo un buen trabajo, pero por fin el domingo conseguimos que sacaran alguna trucha.
Pero el curso tuvo otra cara. Mario y Tiago fueron capaces de asimilar rápidamente las enseñanzas de Roberto y disfrutar de una gran jornada de pesca. Las truchas portuguesas lo tienen duro con estos dos nuevos pescadores. ¡Seguro que pescarán sin muerte!
Pero el curso tuvo otra cara. Mario y Tiago fueron capaces de asimilar rápidamente las enseñanzas de Roberto y disfrutar de una gran jornada de pesca. Las truchas portuguesas lo tienen duro con estos dos nuevos pescadores. ¡Seguro que pescarán sin muerte!
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