lunes, 30 de marzo de 2009




As Pontes es algo así como nuestra segunda casa. Y siempre queremos volver. Las razones son muchas: la gente, el hotel, la inmensa cantidad de campos que tiene para dar los cursos, y la comida. ¡ Dios mío, como se come en ese pueblo!.
Este año conocimos a mucha gente nueva y disfrutamos de su compañía, eran en su mayoría pescadores de competición que nos agradecieron el enseñarles a lanzar los bajos de 15 metros, si, 15 metros, esos que utilizan para pescar a la Checa y con los que la mosca no raya. Y todo gracias a un gran amigo que ya hace un buen montón de años, durante un mes de agosto, asistió al que creo fue uno de los mejores cursos de pesca que he dado.

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